Esta es una historia que me contaron a inicios del presente siglo.
Un buen amigo mío viajó a Europa como turista y a visitar a sus parientes que tenía en Francia y en Suiza, uno de ellos era un amigo suyo (en lo sucesivo lo mencionaremos como el joven J), que vivía en Suiza, a donde había ido en calidad de turista, pero con la intención de quedarse a vivir permanentemente en ese país.
Como tal joven J no sabía hablar ni entender el idioma local inicialmente, no pudo relacionarse con los suizos, sino con los latinoamericanos que vivían en ese país, principalmente jóvenes chilenos y argentinos filocomunistas que estaban ahí porque se auto exiliaron huyendo de los regímenes de Pinochet y de Vilela.
Mi amigo me contó que el joven J se había convertido en un acérrimo comunista eso, con toda seguridad, por influencia de sus “amigos” citados y otros del mismo origen: cubanos, colombianos, ecuatorianos, mexicanos, etc.
Me dijo también que un cierto día le invitó a participar en una reunión de amigos que iba a llevarse a cabo y se fueron allá. Era un grupo de entre 17 y 20 personas a quienes el joven J les presentó a mi amigo. Departieron alegremente bebiendo algunas cervezas hasta que uno de ellos tomó la palabra para decirles nerviosa y solemnemente: “Ahora que China y Rusia nos han traicionado abandonando el comunismo y dejando de lado su compromiso con el proletariado del mundo, ¿QUÉ ES LO QUE NOSOTROS DEBEMOS DE HACER?”
Todos los concurrentes se pusieron de pie, se miraron y hubo un silencio sepulcral. Pero en eso, uno de los participantes dijo con alta y desafiante voz: ¡LA ECOLOGÍA!
Se escuchó un suave ronroneo y luego todos prorrumpieron ruidosamente aprobando la mágica idea esgrimida por el “iluminado” concurrente.
Hasta ese entonces los problemas ecológicos el mundo no estaban tan difundidos como actualmente lo están, si bien es cierto que personalidades de la talla del oceanógrafo francés Jacques-Yves Cousteau, conocido por ser un gran inventor y promotor ambiental, inició una cruzada ecológica ante diversos foros del mundo, principalmente en lo que respecta a la fauna y flora marinas mostrando, a través de la televisión, hermosas y raras fotografías de escenas de la vida marina.
Pero nada de eso importaba a los susodichos súbitos defensores de la ecología, eso no era - como tampoco lo es ahora el tema de la ideología de género LGBTQ (L: Lesbiana, G: Gay, B: Bisexual, T: Transexual, Q: Querer ser) - para tratar de encarar positivamente esos temas conflictivos socio -político - ambientales sino tan sólo como un arma más para seguir desafiando a la democracia y a los valores de la civilización occidental.
Esas personas, las del grupo al que pertenecía el joven J, eran en realidad, los líderes de los partidos comunistas de sus respectivos países que gozaban de la “inocente, o cómplice, neutralidad y generosidad” de Suiza, desde donde impartían consignas a sus camaradas para que tomen acciones que les convenía en las diversas circunstancias que se presentaban es sus respectivos países.
Sin querer ni haberlo pensado mi amigo cree haber presenciado el origen del “movimiento ecologista” en nuestro continente, un excelente tema porque cae bien a todos, que, como pretexto, los izquierdistas se arrogaron desde entonces para continuar “su lucha” contra el “establishment” (traducido como “grupo de poder”) al cual nunca pudieron acoplarse, no por idealistas sino por ser incapaces, eso por no esforzarse, en la gran mayoría de los casos.
Porque es muy fácil y efectivo ser el abanderado de los pobres de la Tierra, o de cualquier otro tema sensible, esgrimiendo la desigualdad de la distribución de la riqueza, maldiciendo a los ricos y a los triunfadores, no apreciando a los que se esfuerzan por salir de ese estado, etc. y que son excelentes pretextos para hacer política barata, eventualmente alcanzar el poder, hacerse ricos y perpetuarse en tal estado engañando a su pueblo al auto proclamarse como sus salvadores y, en realidad vivir con todos los lujos y gran bienestar, mientras los de a pie, como los suelen llamar a sus compatriotas empobrecidos, están desengañados, ya sin esperanza alguna para deshacerse de tamañas sabandijas (Fidel, Chávez, Maduro, Ortega , los Kitchener, Xi Jinping, Kim Jong -un) que sólo abandonan el poder cuando se mueren, dejando a sus hijos y demás parientes: MILLONARIOS y para ello primero se apoderaron de todas las instituciones tutelares de sus respectivos países, incluidas las fuerzas armadas y la policía, por lo que eventuales gritos de libertad de los pocos que se atreven a desafiarlos, terminan en cruentas, violentas y exageradas represiones, como ha sucedido meses atrás en Cuba, cuyos valientes detractores del modus vivendi cubano actual han sido brutalmente dominados y se les está sometiendo a juicios sumarios, sentenciándolos a penas de 20 o más años de cárcel. Mientras tanto EL MUNDO SIGUE ANDANDO.
Sigo esperando que alguien me saque de la duda que tengo, ya preguntada numerosas veces a través de mi presente blog y de mis escritos a través de las redes sociales: “¿EXISTE, POR VENTURA, ALGÚN PAÍS EN LA TIERRA, SIQUIERA UNO PARA MUESTRA, DONDE EL SISTEMA DE GOBIERNO SOCIALISTA-COMUNISTA HAYA LLEVADO A SU PUEBLO A UN BIENESTAR RELATIVAMENTE APRECIABLE Y DURADERO EN EL TIEMPO?”
La respuesta no me ha llegado aún. Y no llegará nunca porque tal país NO EXISTE.
Por qué un grupo de malhechores, como está ocurriendo ahora en el Perú, tiene que apoderarse de un país sólo para beneficio propio, blandiendo falazmente doctrinas y procedimientos que ya han fracasado estrepitosamente en todo país en el que se les ha impuesto, dizque en beneficio del PUEBLO.
Los mandamases actuales del Perú, incluyendo el presidente, están siendo cuestionados por las autoridades pertinentes por delitos graves de corrupción, desde su origen mismo. Lo que es vox populi y no invención mía.
Es ultra conocido que Fidel Castro fue considerado, en su momento, como siendo una de las 10 personas más ricas del mundo y que los parientes descendientes de Hugo Chávez son multimillonarios que pertenecen al jet set internacional, sólo por citar dos casos.
Abril del 2022
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