(IN MEMORIAM)
INTRODUCCIÓN:
Pocos deben ser los lectores de mi blog que no hayan sufrido la terrible pérdida de un hermano o hermana. Yo hasta en cuatro ocasiones. Es el amor que se va por senderos ignotos rumbo hacia la ETERNIDAD. Sus recuerdos perduran tañendo campanadas de duelo en los corazones gemelos que aguardan pacientes ese final.
Comento que de la muerte propia paradójicamente casi nadie se acuerda, no nos causa desasosiego alguno y no se le teme tanto, pero otra cosa sucede con la posibilidad de la MUERTE INMINENTE. Ello sí que es terriblemente estresante, causa desesperación lindando en la locura.
Platón dice, en una de sus consideraciones filosóficas: La muerte no es lo peor que puede acontecer al hombre.
Si no es lo peor, ¿Qué es entonces?
Es la luz de la vida que se apaga dando lugar a otra mil veces más brillante que alumbra la senda del alma hacia la morada de DIOS.
Volviendo al poema de Vallejo: A MI HERMANO MIGUEL, digo que quedé impresionado desde la primera vez que lo leí, eso cuando aún era muy joven. Desde entonces, cada vez que ojeo uno de sus poemarios me asalta la idea de releerlo, hecho que se ha repetido una y otra vez. En una de esas ocurrencias encontré su versión perfectamente traducida al inglés. Nunca supe el nombre del docto traductor.
Copio a continuación su versión original y la traducida al idioma inglés, este último para el beneplácito de mis lectores de habla inglesa.
Junio, 2021
A MI HERMANO MIGUEL
(In memoriam)
Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa.
Donde nos haces una falta sin fondo
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: "Pero, hijos..."
Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores.
Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.
Miguel, tú te escondiste
una noche de agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.
Oye, hermano, no tardes
en salir. Bueno, puede inquietarse mamá.
TO MY BROTHER MIGUEL (IN MEMORIAM)
César Vallejo, 1892 - 1938
Brother, today I sit on the brick bench outside the house,
where you make a bottomless emptiness.
I remember we used to play at this hour of the day, and mama
would calm us: “There now, boys...”
Now I go hide
as before, from all these evening
prayers, and I hope that you will not find me.
In the parlor, the entrance hall, the corridors.
Later, you hide, and I do not find you.
I remember we made each other cry,
brother, in that game.
Miguel, you hid yourself
one night in August, nearly at daybreak,
but instead of laughing when you hid, you were sad.
And your other heart of those dead afternoons
is tired of looking and not finding you. And now
shadows fall on the soul.
Listen, brother, don’t be too late
coming out. All right? Mama might worry.
Comments