INTRODUCCIÓN
Victor Hugo es considerado como uno de los máximos exponentes de la novela del Siglo XIX, además fue una personalidad de amplio espectro en los quehaceres de Francia y de la Europa de entonces.
Sus novelas LOS MISERABLES y NUESTRA SEÑORA DE PARÍS han sido llevadas a la gran pantalla cinematográfica en múltiples ocasiones.
Cuento una de sus ocurrencias, a propósito de su libro Los Miserables:
ANÉCDOTA: Las correspondencias más breves
El lanzamiento de 'Los Miserables' fue lo que llevó a Víctor Hugo a escribir el mensaje más corto de la historia. El autor se encontraba de vacaciones en el momento de la publicación de la obra, por lo que no tenía noticias de su acogida por el público. Por ello, telegrafió a su editor un sucinto "?". La contestación que recibió fue igual de lacónica: "!".
La rotundidad de la respuesta estaba más que fundada. 'Los Miserables' se convirtió en el Harry Potter del momento, con un lanzamiento editorial en diferentes países provocando largas colas en las librerías.
POEMA: Consejos para vivir mejor:
NOTA:
Es bastante notoria la similitud, de parte del mensaje de Victor Hugo (1802-1885) en este su poema DESEO, con el del inglés Rudyard Kiplig (1865-1936) en su poema IF (que forma parte también del presente BLOG). No me es posible afirmar taxativamente cuál de ellos tuvo la idea original, pero, se puede colegir, de las épocas de vida de ambos excelentes autores, que la primicia se debe posiblemente al escritor francés.
“Te deseo primero que ames y que, amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que, si es, sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que, entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que, en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que, haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros. Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices. Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecha un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero enfrente a ti y digas: "Esto es mío", sólo para que quede claro quién es el dueño de quién. Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que, si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que, siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, aún sobre amor para recomenzar. Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte”
VICTOR HUGO como creador de caracteres:
La creación de CARACTERES, que trascienden el tiempo y el espacio, es privilegio logrado por pocos novelistas y/o dramaturgos. Sus personajes parecen que tuvieran vida propia, ya independiente de la obra o autor a que pertenecen. Tales son los casos emblemáticos de Don Quijote y su Sancho Panza, creados por Cervantes, Don Juan Tenorio por José Zorrilla, Hamlet por Shakespeare, la cortesana Ana Karenina por Tolstoi codeándose con su similar Madame Bovary por Flaubert, El Lazarillo de Tormes, pícaro de autor anónimo, Sherlock Holmes por Conan Doyle, entre otros.
En el caso de Víctor Hugo, en su celebrado Los Miserables, el carácter mejor logrado no es precisamente el del protagonista Jean Valjean, sino el del férreo cumplidor del deber, hiperbólicamente disciplinado, justo hasta el paroxismo que lo conduce hasta el suicidio: Tal es el Inspector de Policía JAVERT, quien se presenta como siendo un ser casi irreal, mitológico.
BIOGRAFÍA:
Víctor Hugo (Besançon, 1802 - París, 1885) fue un poeta lírico, con obras como ‘Odas y Baladas’ (1826), ‘Las Hojas de Otoño’ (1832) o ‘Las contemplaciones’ (1856), comprometido contra Napoleón III en ‘Los Castigos’ (1853) y poeta épico en ‘La leyenda de los Siglos’ (1859 y 1877).
Fue también un novelista popular y de gran éxito con obras como ‘Nuestra Señora de París’ (1831) y ‘Los Miserables’ (1862). En teatro expuso su teoría del drama romántico en la introducción de ‘Cromwell’ (1827), y la ilustra principalmente con ‘Hernani’ (1830) y ‘Ruy Blas’ (1838).
Su compromiso con la sociedad: La defensa de los derechos de la mujer, su acérrima defensa de la democracia contra el monarquismo y todo tipo de dictadura gobernante, sus ideas sobre el papel que corresponden a los intelectuales ante la ciudadanía elevaron su estatura no solo en Francia sino en toda la Europa, pero también le costó una condena de exilio entre 1852 y 1877.
LA PREMONICIÓN europeísta de Victor Hugo
Discurso que Víctor Hugo pronunció ante la Asamblea Nacional Francesa. En el año 1871. Un texto premonitorio:
"¡Llegará un día en el que las armas se os caigan de los brazos, a vosotros también! Un día vendrá en el que la guerra parecerá también absurda y será también imposible entre París y Londres, entre San Petersburgo y Berlín, entre Viena y Turín, como es imposible y parece absurda hoy entre Ruan y Amiens, entre Boston y Filadelfia".
"Un día vendrá en el que vosotras, Francia, Rusia, Italia, Inglaterra, Alemania, todas vosotras, naciones del continente, sin perder vuestras cualidades distintivas y vuestra gloria individual, os fundiréis estrechamente en una unidad superior y constituiréis la fraternidad europea, exactamente como Normandía, Bretaña, Borgoña, Lorena, Alsacia, todas nuestras provincias, se funden en Francia", añadía.
"Un día vendrá -seguía Víctor Hugo- en el que no habrá más campos de batalla que los mercados que se abran al comercio y los espíritus que se abran a las ideas. Un día vendrá en el que las balas y las bombas serán reemplazadas por los votos, por el sufragio universal de los pueblos, por el venerable arbitraje de un gran Senado soberano que será en Europa lo que el Parlamento en Inglaterra, lo que la Dieta en Alemania, ¡lo que la Asamblea Legislativa en Francia! Un día vendrá en el que se mostrará un cañón en los museos como ahora se muestra un instrumento de tortura, ¡asombrándonos de que eso haya existido!".
"Un día vendrá en el que veremos estos dos grupos inmensos, los Estados Unidos de América y los Estados Unidos de Europa, situados en frente uno de otro, tendiéndose la mano sobre los mares, intercambiando sus productos, su comercio, su industria, sus artes, sus genios, limpiando el planeta, colonizando los desiertos, mejorando la creación bajo la mirada del Creador, y combinando juntos, para lograr el bienestar de todos, estas dos fuerzas infinitas, la fraternidad de los hombres y el poder de Dios".
(Añado, como corolario, que el lapso más extenso en el que Europa está en paz es el actual).
Su obra excepcional y sus opiniones, a la vez morales y políticas, le convirtieron en un personaje emblemático a quien la Tercera República Francesa honró a su muerte con un funeral de Estado, celebrado el 1 de junio de 1885 y al que asistieron más de dos millones de personas, y con la inhumación de sus restos en el Panteón de París.
Agosto 2021
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