Tratado con la seriedad y piedad del caso
Definición: Suicidio es un acto desesperado de una persona para quitarse la vida voluntariamente.
Interpretaciones: Existe por lo menos tres interpretaciones del suicidio:
Un acto de cobardía por no ser capaz de enfrentar algún terrible avatar de su vida.
Un acto heroico para no dejarse avasallar por algún terrible avatar de su vida.
Un pecado mortal imperdonable (Punto de vista religioso-católico), porque:
La vida es un don dado por Dios al hombre y que éste no debe de cometer la audacia de eliminarla. (La Iglesia católica inclusive prohibía que el cuerpo del suicida fuese enterrado en un cementerio convencional. Estos criterios prevalecieron hasta la primera mitad del siglo próximo pasado, aparentemente)
Dante, en la “Divina Comedia”, cuando acompañado por Virgilio recorre el Infierno, a los suicidas los confina al Séptimo Infierno (Sala de las Torturas), junto con los asesinos, los blasfemos y los pervertidos.
Causas: Las causas de los suicidios son de tipos psicosociales, socioeconómicos, de salud y políticos, por tanto, son múltiples. Aquí nos referiremos sólo a cuatro de ellas, por ser las más frecuentes.
ENFERMEDAD INCURABLE, tales como fueron la tuberculosis y la sífilis que las tomo como ejemplos, incurables hasta la masificación de la penicilina y que eran flagelos no solo corporales sino mucho más espirituales ya que los enfermos que padecían de ellas eran personas venidas por la sociedad, y hasta por su propia familia, debido a lo sumamente contagiosas y mortales que eran.
El caso de un tuberculoso es inmortalizado por una canción, de letra muy triste, titulada “NOSOTROS”, en la que le dice a su novia: “Nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos; no me preguntes más. No es falta de cariño, ¡te quiero con el alma! te juro que te adoro, y por tu bien: ¡Te digo adiós!”
BREVE HISTORIA DEL BOLERO “NOSOTROS”
Fue compuesta por el cubano, Pedro Junco Jr. además de los boleros: «Estoy triste», «Soy como soy», «Me lo dijo el mar», «Quisiera», «Tus ojos».
El tema es un drama lleno de amor, pasión, enfermedad y muerte. A pesar de que “Nosotros” fue escrita hace más de 70 años, nunca ha perdido vigencia. Ha sido llevada a los discos por las voces más exitosas de habla hispana, desde Fernando Fernández, hasta Luis Miguel y desde Los Panchos hasta Plácido Domingo.
El joven compositor Pedro Junco Jr. (1920-1943), nacido en el seno de una familia acomodada, llevó una vida disipada en su adolescencia y contrajo una enfermedad que en esa época era mortal: la tuberculosis. Tuvo muchos romances, pero no había conocido el amor de verdad hasta que entró a su vida una muchacha de seductora belleza: María Victoria Mora Morales.
La familia de ella, de alta posición económica y social, se escandalizó al enterarse de que el joven pretendiente era un compositor bohemio con fama de seductor aventurero. El papá de la chica le prohibió que volviera a verlo. Pero el amor los llevó a citas secretas en las que vivieron un intenso romance. La tragedia hizo su aparición: La tuberculosis. Pedro estaba condenado a muerte. Era imprescindible aislarse por completo para no contagiar a nadie. Fue recluido en un hospital lejos de La Habana y no pudo avisarle a su amada que no podría verla ya más. Tenía 23 años.
Como el padre de la joven supervisaba cada carta que le llegaba, Pedro decidió no escribir carta alguna comunicando de su estado. Así que decidió convertir la carta en una canción y le pidió a un amigo trovador que la cantara por la radio en un programa que su amada escuchaba cada noche. Ella se enteró por fin de la aterradora situación. De inmediato fue al hospital, ya era demasiado tarde: Pedrito Junco Jr. había fallecido horas antes.
Pronto “Nosotros” se popularizó por Latinoamérica. Aun hoy, esta pieza musical está entre los temas románticos más conocidos de habla hispana. Pero a pesar de ello, pocos saben que nació de un doloroso drama de la vida real. Y ahora que usted ya sabe la historia, le aseguro que la próxima vez que la escuche tendrá una sensación distinta y, tal vez, hasta enjuague una lágrima sentida de verdad
“Los Panchos” fue el trío que la lanzó a la popularidad, siendo “NOSOTROS” una de las joyas de su amplio y selecto repertorio. Escúchala a continuación, en el video tomado de YouTube.
BANCARROTA ECONÓMICA, como la que causó los múltiples suicidios: La caída fulminante de la Bolsa De Valores de Nueva York, el Jueves Negro, 04 de octubre de 1929, y la subsiguiente depresión económica mundial.
Se dice que, sólo en los Estados Unidos de N.A. la tasa de suicidios fue de 17.4 por cada 100 000 habitantes (Como dato comparativo, la tasa actual de muertes por Covid-19, en ese país, es 243 por cada 100 000 habitantes)
DESENGAÑO AMOROSO, por ejemplo, la ola de suicidios de jóvenes varones europeos, como consecuencia de la lectura de un libro, escrito por el alemán Johann Wolfgang Goethe (1749-1832), titulado: “Die Leiden des jungen Werther” (Los sufrimientos del joven Werther).
En la introducción de su libro, Goethe escribe:
“Cuanto he podido averiguar sobre la historia del pobre Werther lo he reunido con cuidado y lo presento aquí, sabiendo que se me agradecerá, no podéis rehusar vuestra admiración y cariño a su espíritu y su carácter, ni vuestras lágrimas a su suerte.
Y tú, alma excelente que sientes la misma congoja que él, recibe consuelo de su sufrimiento, y deja que este librito sea tu amigo, si no puedes encontrar otro más íntimo, por tu destino o por tu culpa.”
El libro narra que Werther sufre un doloroso desengaño amoroso por lo que se quita la vida. Su ejemplo fue seguido por numerosos jóvenes de Europa y también de otras latitudes.
Otro caso de varios suicidios, aquella vez cometidos por jóvenes varones brasileños (1954) fue motivado por una canción de amor no correspondido, interpretada por el famoso-de ese entonces- cantante chileno Lucho Gatica, con letras en español seguida con las en portugués, canción titulada “Nadie me Ama” / “Ninguem me Ama”.
Lucho Gatica (1918-2018), chileno, tal vez el mejor intérprete solista de boleros, y otros, de Latinoamérica del Siglo XX, canta el bolero: “Nadie me ama / Ninguem me ama”, compuesto por Antonio María de Araujo Morais (1921-1964) y Fernando Lobo (1915- 1996), ambos brasileños. de un video tomado de YouTube.
DEFENSA DEL HONOR, es la cuarta, y última causa, del suicidio que abordamos aquí.
La famosa frase, dicha por Don Quijote, en la inmortal obra de Miguel de Cervantes: “... POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SANCHO, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA…” Está grabada con letras de oro en ciertos corazones indómitos que aún existen en el mundo actual.
Tales son los dos emblemáticos casos personales de:
Don Salvador Allende y del Dr. Alan García Pérez, ambos presidentes de sus respectivos países, que prefirieron la muerte antes de que sus respectivas honras se vieran vejadas.
NOTA:
Se suele afirmar que las personas que optan por suicidarse lo planean durante bastante tiempo sin atreverse a realizarlo, hasta que llega el momento, momento en el que pierden el control de sí mismos - se vuelven locos - y actúan. Porque, se asevera, que nadie en su sano juicio sería capaz de quitarse la vida.
Colofón Importante: EL VALOR DE LA VIDA:
El hecho de que haya abordado el tema precedente es porque un comunicador social - tal como me considero, porque mis ya cerca de setenta escritos de mi blog viajan en la nube en procura de cerca de 250 personas, que constituyen mis contactos directos y, aún más, ellos usualmente las reenvían a los suyos multiplicando, así, su llegada a muchos más lectores. – decía que siendo tal no debería de circunscribir mi mensaje sólo con temas comedidos sino con cualquiera de otra índole, pero sustentando siempre el bien, la verdad y los valores de nuestra cultura.
Dicho eso, la misteriosa vida - porque realmente es un misterio cómo es que la materia, que constituye nuestro cuerpo, posea un don absolutamente inexplicable que nos convierte en seres pensantes, emotivos, sentimentales, caminantes, etc. o sea en entes “vivos”, un estado incomprensible racionalmente – pero que, sin embargo, és y tiene su fin NATURAL… y la vida desaparece para siempre.
El sentido de la vida está profundamente mezclado con las concepciones filosóficas y religiosas de la existencia, la conciencia y la felicidad, y afecta a muchas otras cuestiones tales como el significado simbólico, la ontología (Parte de la filosofía que estudia el ser y su existencia) el valor, el propósito, la ética, el bien y el mal, el libre albedrío ...
Desde esa óptica filosófica el sentido de la vida está constituido por el sistema de objetivos que justifican a plenitud la existencia de un individuo, analizada en su totalidad, ante sus propios ojos. En la existencia de un individuo el sentido de la vida es netamente individual y su valoración es su responsabilidad.
Uno de los más acertados actos es TENER ALGÚN OBJETIVO para enfrentar los avatares de la vida. No precisa ser necesariamente grande ni importante. Basta con perseguir una META. Eso, repito, da sentido a la vida y ayuda a sobrellevarla.
Por otro lado, la ciencia de los hombres no es capaz de explicar el por qué suceden: la vida y la muerte.
Por ello, y por mucho más, la VIDA tiene un valor extremadamente grandioso: No es la hechura del hombre: Nos la da Dios y nos la quita ÉL.
Si no sabemos ni siquiera qué es, ni del por qué, ¿Cómo es que, en un momento de hórrida tempestad del alma, y tal vez, de extrema confusión, alguien sea capaz de quitarse la vida?
Todos tenemos problemas - de una u otra índole, muchas veces que parecen inmensos, en algunos momentos de nuestras vidas - considerados terriblemente insolubles desde nuestra momentánea y sin discernimiento perspectiva. Ya Platón, varios siglos a. de C, decía: “Todos tenemos en nuestro ser ALGO horriblemente aflictivo que no somos capaces de contárselo a nadie”. No eres, pues el único que está atravesando por ese horrendo trance, muchos de nosotros lo hemos padecido y no por ello hemos recurrido a soluciones extremas, como el suicidio, y seguimos gozando de ese inmenso bien que es la vida.
RECUÉRDESE que tales sinsabores no son eternos, felizmente, como lo dice un aforismo plurisecular: “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Invariablemente SIEMPRE hay un nuevo amanecer esplendoroso, muy diferente al del momento en el que, creemos, estar perdidos para siempre. Sólo es cuestión de RESISTIR, de no perder la fe: La fe en sí propio. La fe en la vida misma, LA FE EN DIOS.
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