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Foto del escritorGilberto Reyes Moreno

LA ETAPA LABORAL DE MI VIDA



INTRODUCCIÓN


En esta mi sucinta biografía, centrada básicamente en las etapas académica y laboral de mi vida, ya les narré tres de los episodios pertinentes a mi etapa académica formal: Mi instrucción primaria, la secundaria y la universitaria, abordándolos no solo como pasajes históricos sino también censurando otros, como la ácida crítica realizada a la enseñanza de instrucción primaria en mi pueblo natal, el casi milagroso traslado a la escuela de otro pueblo para cursar el 5º y último año de primaria, donde la calidad de enseñanza era el antípoda de la recibida en la escuela anterior; luego mi paso por el excelente Colegio Nacional de Varones “La Libertad” de Huaraz, seguida de la superior en la Universidad Nacional de Ingeniería en la que, lastimosamente, tuve cierta insatisfacción de la calidad de enseñanza esperada porque, en algunas materias no satisfizo mis expectativas. Pero, a pesar de las debilidades citadas, el último año de primaria, los cinco de la secundaria y parte de la universitaria me concedieron conocimientos muy valiosos que me permitieron lidiar con éxito la etapa laboral de mi vida, tal cual les narro a continuación, siempre apoyado en la verdad.


Abordo ahora la etapa laboral:


Una de las mayores preocupaciones que teníamos tanto yo como la mayoría de mis colegas estudiantes del último año de la Universidad Nacional de Ingeniería, era la consecución de un buen trabajo, definido como: En el área de nuestra especialidad, Empresa económicamente solvente, ambientes laboral y social adecuados, ubicación preferiblemente en Lima o, por lo menos, en la Costa Peruana, remuneración económica satisfactoria, etc. Lograr todos ellos era poco menos que imposible, pero por lo menos los indispensables era el anhelo común.


Para nosotros los electricistas existía un deseo compartido para prestar nuestros servicios profesionales a la gran empresa suizo-alemana Brown Boveri Company (BBC), ubicada en la Av. Argentina, una de las vías que une Lima con el Callao. Se dedicaba plenamente al ramo eléctrico ya sea fabricando máquinas o importándolas y dando servicio al mercado de su campo, algo incipiente, de entonces. Su Gerente General, Ing. Giulio Donizetti, era uno de los principales catedráticos del 5o y último año, que nos enseñaba el curso de Máquinas Eléctricas.


Otra buena opción era Lima Light Company (La Empresa de Electricidad que servía principalmente a la ciudad de Lima) de cuya cantera provenía un buen número de catedráticos de la Facultad de Electricidad de la UNI y eran, casi todos, extranjeros.


Les cuento que los exámenes finales en la UNI eran todos orales. El jurado examinador de Máquinas Eléctricas fue compuesto por tres catedráticos, entre ellos el Ing. Donizetti.


Mi examinador fue el Ing. Donizetti: sus preguntas fueron las esperadas con la única pregunta que merece mención especial: ¿Qué es la inducción electromagnética? A lo que le respondí correctamente y, luego me pidió que escribiera en la pizarra la fórmula respectiva, lo que hice.


Mi sorpresa vino después: Al finalizar los exámenes, se dirige a mí: Alumno Reyes, venga por favor: Me acerqué y fue entonces que me dijo: Si Ud. quisiera trabajar en Brown Boveri podría acercarse a la fábrica, el próximo lunes, para que hable con el Ing. Manuel Carranza y acto seguido me entregó su tarjeta de visita. (El Ing. Manuel Carranza había sido el Gerente Técnico de BBC)


Ni siquiera pueden ustedes, mis caros lectores, imaginar la abrumadora alegría y felicidad que experimenté. Lo único que hice fue dar gracias a Dios, como católico ferviente que era por obra de mi, ahora, inolvidable madre.


El Ing. Manuel Carranza me recibió muy amablemente, acordamos los detalles pertinentes y me propuso escoger entre dos tipos de trabajos: Pruebas de Motores y Transformadores fabricados por la Empresa, en La Sala de Pruebas o, alternativamente, Cálculo y Diseño de Transformadores de Potencia, en La Oficina Principal. Opté por este último.


Antes de continuar narrándoles mis quehaceres laborales, deseo contarles otra anécdota: Para tener mi título de Ingeniero Electricista debería de preparar una tesis: La Tesis de Grado para cuya sustentación se requería de un documento otorgado por la Universidad donde se acreditaba que había cumplido con todos los requisitos para tal fin.


Mi gran sorpresa fue que la Universidad NO podía dar esa acreditación porque NO HABÍA DADO EL EXAMEN DE INSTRUCCIÓN PRE MILITAR (IPM) y, mi aprobación del examen respectivo era el requisito indispensable para, finalmente, tener el título de ingeniero.


Tamaña sorpresa y desazón.


Recién recordé que al inicio de las clases del 5to. año vino a nuestro salón de clases un teniente del Ejército Peruano y nos dijo que era nuestro profesor de IPM. Él era tan joven casi de la edad de nosotros por tanto sin experiencia alguna como para lidiar con jóvenes de nuestra calaña. Fue el único día que concurrió, porque la chacota, bulla, bromas, burla, etc. fueron tales como para que no se animara a retornar nunca más.


El secretario de la UNI me dijo que en el local (edificio) del Ministerio de Educación podría rendir un examen sustitutorio y me dio un oficio para ese fin y que debería de llevarlo conmigo.


Un oficial del Ejército me examinó haciéndome una serie de preguntas absolutamente desconocidas por mí.


Antes de continuar con esa narración les cuento que tuve, años atrás, un primo y mi hermano menor de cadetes de la Escuela Militar de Chorrillos, a quienes los escuchaba hablar de sus quehaceres y obligaciones de cadetes.


Continúo con el desastroso momento que estaba atravesando en el susodicho examen de IPM. El oficial examinador me hace una pregunta más: ¿Cómo se llama al encargado del personal en cualquiera de los cuarteles del Ejército? No recuerdo si esa fue exactamente la pregunta, pero se me vino a la memoria una conversación de los cadetes citados y de la que recordaba una cosa, y era S1, se lo dije al examinador quien me contestó: ¡Eso lo ha salvado, porque lo iba a aplazar!


En BBC tuve la suerte de contar, como jefe inmediato, a una excelente persona e ingeniero: Jaime Carvallo, además de los otros ingenieros del Dpto. Técnico y del Comercial, todos ellos muy buenas personas que me recibieron con la máxima cordialidad imaginables. El Ing. Manuel Carranza Arévalo, nuestro jefe, era el cerebro y amigo a quien todos estimábamos.


Allí trabajé más de dos años, luego me pasaron la voz de que, en una empresa subsidiaria de la multinacional de Suecia AGA AB, llamada AGA del PERÚ S. A. necesitaban a un ingeniero electricista porque deberían de construir una nueva planta de separación de los gases componentes del aire (básicamente nitrógeno, oxígeno y argón)


El motivo de mi deseo de dejar de trabajar para BBC fue que realizaba un tipo de trabajo propio de un oficinista, sin la posibilidad de salir a realizar trabajos de campo y otros, propios de la profesión de ingenieros. Pues mi labor profesional allí me obligaba a permanecer sedentario, siempre calculando transformadores de potencia.


El Ing. Donizetti me invitó a ir a su oficina para preguntarme el motivo de mi retiro de la BBC y agregó que si se trataba del tema de mi sueldo eso se podría arreglar, la agradecí sobremanera y le expuse la razón de mi salida. Él lo entendió y me dijo: “Ingeniero Reyes, las puertas de Brown Boveri estarán siempre abiertas para cuando Ud., quisiera regresar” Tales palabras, expresadas por una persona del nivel académico, profesional y cultural del Ing. Giulio Donizetti, elevaron el ego de este servidor hasta cumbres aún jamás holladas.


Me veo obligado, una vez más, a disculparme por parecer presuntuoso, pero, repito, todo lo dicho es veraz.


Me contrataron para trabajar en AGA del PERÚ S, A., compañía en la que desarrollé la mayor parte de mis servicios profesionales. En los primeros años mi trabajo fue muy variado, desde el diseño y cálculo del sistema eléctrico para la nueva fábrica, introducción en el mercado peruano de tres de los métodos modernos de soldadura aún poco conocidas en el Perú, salvo por el Servicio Industrial de la Marina Peruana (SIMA) que eran los así llamados procesos TIG, MIG Y Por Arco Sumergido, los dos primeros que usan el gas inerte argón como protección del baño de soldadura y el tercero con un fundente ad-hoc para el mismo fin.


AGA AB, además del negocio de Gases Industriales suplía a la Marina Peruana de Faros, Radiofaros, Baterías para Submarinos y al resto del mercado peruano vendía equipos electrónicos llamados Geodímetros para medir distancias que lo hacía mediante rayos de luz reflejados en prismas y otros equipos también electrónicos para la visión nocturna, llamados Termovisión, usados en la industria, todos ellos bastante sofisticados y modernos para la época, de cuya promoción, demostración, venta, y mantenimiento se me encargó, para cuyo efecto tuve que estudiar electrónica, ya que yo era electricista, y también me entrenaron en la casa matriz, en Estocolmo, Suecia, país que visité en varias oportunidades más.


Estando en Suecia, visité varios otros países de Europa y, posteriormente, todas las subsidiarias de AGA AB en Latinoamérica. Trabajé cerca de dos años en Suecia, para lo que me trasladé con toda mi familia (esposa y tres niños).


La empresa AGA AB me ofreció que trabajara para su subsidiaria AGA do BRASIL ejecutando una labor pionera para toda la empresa: Aplicaciones No Convencionales de Gases Industriales de Gases (Simplemente: Nuevas Aplicaciones de Gases) Hasta entonces su mercado de gases se había circunscrito al campo de corte y soldadura de metales, Sector Medicinal y el uso del gas acetileno como combustible para dar luz a los faros para la navegación marítima. Acepté el reto, me dieron cierto entrenamiento, pero estaba, como se dice coloquialmente EN LA CALLE. Era todo nuevo para mí y para AGA en general.


Antes de regresar de Suecia decidí dar un periplo por la mayor parte de los países de Europa, era agosto del año 1977. Invité a mi madre y a dos hermanos que viajaron a Suecia y luego de un par de semanas iniciamos el gran tour por los países de Europa en una camioneta combi VW, de segunda mano, junto con mi señora madre, mis dos hermanos mayores, Rubén y Carmen, mi esposa y mis tres hijos aún muy niños, total 8 personas: Fue un hermoso periplo, pleno de anécdotas, aventuras y diversión, durante inolvidables 45 días.


Luego trabajé en el Brasil, con sede en Sao Paulo, pero viajando a casi todos los Estados industrializados de ese país de dimensiones continentales. Después de más de seis años finalizó mi estadía en el Brasil, mi esposa e hijos volaron a Lima y yo decidí regresar por tierra para lo cual invité a mi hermano Rubén para divertirnos en el viaje, empezando en Sao Paulo rumbo a Buenos Aires, donde permanecimos durante 20 días, pasamos a Mendoza que estaba justamente celebrando la fiesta de la Vendimia de Vinos, cruzamos la Cordillera través de un túnel, cuyo nombre no recuerdo, luego Santiago de Chile y después hacía el norte, Iquique, Antofagasta, Arica y finalmente tierra peruana, Tacna, donde me esperaba mi amada esposa Gisela. Después de unos diez días más llegamos a nuestra querida Lima.


Seguí laborando para la Casa Matriz, AGA AB, ya como especialista en Nuevas Aplicaciones de Gases Industriales a nivel Latinoamericano, casi en todos sus países excepto Bolivia, durante un lapso de más de tres años.


Luego, cansado de tanto viajar, regresé a AGA del PERÚ en donde me jubilé en el año 1997.


Continué trabajando en el Brasil para la empresa Industria Brasileira de Gases (IBG), convidado por su propietario, un buen amigo y compadre mío, Ing. Dr. Newton de Oliveira, durante más de dos años luego regresé al Perú para culminar mi etapa laboral en la empresa Corporación Sudamericana de Negocios (CORSUN) perteneciente a otro gran amigo: Don Mario Franciscolo Piaggio, donde laboré durante diez años, hasta el 31 de diciembre del año 2010, cuando dejé de ser esclavo del trabajo dependiente: Con un total de 46 años de actividad laboral.


Pero aún, junto con uno de mis hijos, fundamos la empresa “Todo para Cortar y Soldar” (TOCORSOL) empresa de la que fui su director, hasta mi viaje a los EE. UU de Norteamérica, a mediados del año 2012.


Finalizo esta narración afirmando que, gracias a la profesión que escogí, ingeniería, y al esfuerzo que desplegué, tuve una vida laboral placentera por demás, no solo desde el punto de vista económico sino también por la diversidad de actividades que desempeñé, países donde laboré y/o conocí; pero principalmente por los excelentes colegas con quienes compartimos trabajos y compartimos horas felices.


Octubre, 2021



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