Las razones por las que los incluyo en este blog son por su trascendencia y universalidad.
Fueron compuestos en los primeros años de la década ’30 del Siglo pasado, pero sus mensajes aún valen para hoy y, tal vez, lo hagan para siempre. Eso porque afirman que la humanidad no ha cambiado, sigue igual a cuando era cavernícola y no existe indicio alguno que prediga su cambio, es decir su mejora en un futuro previsible, como sostienen los historiadores, sociólogos, psicólogos, futurólogos, etc.
Sugiero a quienes no conocen sus letras, o no las recuerdan a cabalidad, las lean en este artículo, antes de continuar con este preámbulo. Luego vuelvan aquí para enterarse de varios pormenores que sirven para completar su entendimiento.
Su autor es el conocido compositor argentino de tangos Don Enrique Santos Discépolo (1901-1951), llamado coloquialmente Discepolín. Quien fue también actor de teatro y cine.
Su frase con el que se le recuerda es: El tango es un sentimiento triste que se baila.
Además de Yira, Yira y Cambalache compuso varios otros tangos, algunos de ellos interpretados por Carlos Gardel, al igual que estos dos, tales como: Chorra, Malevaje, Confesión, Esta noche me emborracho yo, las letras de Uno y El choclo, y otros numerosos que adornan el acervo tanguero argentino.
EL TANGO YIRA, YIRA:
Comento primero las letras de Yira, Yira: En principio es un brutal reproche a la conducta humana, diría yo que es una pedrada en la cara a la sociedad (ya dije no solo de entonces sino de todos los tiempos y lugares) por su impasibilidad ante la miseria y el dolor ajenos. Y lo hace de un modo sarcástico y ácido, casi sin esperanza alguna.
Este tango ha sido, y sigue siendo interpretado, a pesar de sus más de ocho décadas desde su creación, por famosos cantantes, tal el caso de Julio Iglesias, cuya confesión de que fue que al conocer sus punzantes letras decidió incorporar, a su rico repertorio, un ramillete de los mejores tangos argentinos.
Como presente adicional a mis caros lectores, he incorporado a este blog el video de su interpretación por parte de Julio Iglesias, una de las versiones más sobresalientes que conozco. La fuente es YouTube.
Es menester esclarecer los términos del lunfardo (jerga de Buenos Aires y Rosario) empleados en este tango, y eso sigue:
Yira: gira
Morfar: comer
Grela: suciedad, mugre. Esposa o compañera de un rufián
Fayando: faltar a la palabra, no cumplir con lo convenido. Defraudar, errar, fracasar.
Parao: detenido, de pie, erecto.
Rajarse: desaparecer precipitadamente, alejarse con rapidez, irse, escaparse, fugar.
Tamango: calzado rústico de cuero que se usaba generalmente en el campo.
Mango: dinero
Cinchar: trabajar intensamente. Hacer esfuerzo para que algo se realice como se
debe.
Otario: persona que es tonta, necia o de fácil engañar.
Manyar: mirar
Yerba: yerba para mate, bebida usada en Argentina y Uruguay.
YIRA, YIRA
(Tango)
Cuando la suerte qu’es grela
fayando y fayando te largue para’o,
cuando estés bien en la vida,
sin rumbo desespera’o;
cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer secándose al sol.
Cuando rajés los tamangos
buscando ese mango
que te haga morfar…
la indiferencia del mundo
que es sordo y es mudo
¡recién sentirás!
Verás que todo es mentira,
verás que nada es amor
que al mundo nada le importa…
¡yira!...¡yira!...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda
ni una mano, ni un favor.
Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abraza’o…
Cuando te dejen tira’o
después de cinchar
lo mismo que a mí,
cuando manyés que a tu la’o
se prueban la ropa
que vas a dejar…
te acordarás de este otario
que un día cansa’o
se puso a ladrar.
Verás que todo es mentira
verás que nada es amor
Que al mundo nada le importa…
¡yira!...¡yira!...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor
no esperes nunca una ayuda
ni una mano, ni un favor.
EL TANGO CAMBALACHE
Trata acerca de lo desastroso que es la vida, sin que en ella se cumplan reglas, leyes ni precepto alguno; faltando el respeto debido y sin importar nada de nada y eso, según la experiencia, no solo en la época de su composición, sino desde muchos antes y acertadamente predice el futuro, cuando manifiesta que “en el 2 000 también” con lo que atinó cabalmente porque, no solo que tales conductas persisten hasta ahora, sino que, como andan las cosas, perdurarán por mucho tiempo.
Es principalmente un himno al inhumano Siglo XX, al que Discépolo lo califica de problemático y febril, pero su mensaje trasciende, al igual que el de Yira, Yira, el tiempo y el espacio.
También muchas veces interpretado, desde su creación hace más de 80 años, y se cree que no hay quien lo pare tampoco en el futuro, mientras “la humanidad no sepa a do camina”, como dice el poeta Gustavo Adolfo Bécquer.
Su interpretación fue prohibida, por la autoridad de turno, en varias oportunidades y ya pueden imaginarse el por qué, principalmente en la Argentina.
Julio Iglesias también lo grabó, en 1996.
De igual modo a Yira, Yira, presento aquí un video de su versión interpretada por su mismo autor, Discépolo; tomado de YouTube.
Es preciso, en este caso al igual que en Yira, Yira, esclarecer el lenguaje lunfardo empleado para asegurar su total comprensión. Ahí va:
Cambalache: En Argentina, Uruguay y ciertas zonas de Chile, se refiere al intercambio (de cualquier tipo), un trueque. Significa también un lugar de compraventa de enseres usados. Lo mismo se dice de lugares donde predomina el desorden y el ruido. Serían los “thrift shopes” (tiendas de cosas de segunda mano) de los EE. UU de Norte América.
Chorro: ladrón
Dublés: imitación de una alhaja, oro falso, metal dorado. Falso.
Merengue: afeminado, desorden, lío.
Impostura: conjunto de falsificaciones.
Laburo: trabajo.
Gil: del caló, lenguaje de los gitanos, jili que significa inocente, cándido.
Podría ser también derivado del árabe yahil que significa tonto, torpe.
Calefón: calentador de agua doméstica.
Buey: vacuno macho, normalmente castrado, que solía emplearse, en pares,
como medio para arar la tierra con fines agrícolas, antes de la llegada de
los tractores.
PERSONAJES Y OTROS QUE DESFILAN EN ESTE TANGO:
En primer lugar, ni el ilustre argentino, libertador de tres naciones ni el insigne corzo, genio militar, requieren de presentación alguna.
Stravinsky: Serge Alexander Stravinsky (1886-1934) famoso estafador, nacido en Ucrania nacionalizado francés.
Don Bosco: Juan Melchor Bosco, religioso católico fundador de la Congregación Salesiana, conocido simplemente como Don Bosco. Canonizado en 1934, el mismo año en el que Discépolo compuso Cambalache.
“La Mignon”: imagen figurada para representar a una prostituta, en este tango.
Don Chicho: Su real nombre fue Juan Galifi (1892-1943) Nació en Sicilia (Italia) Se le acusó de ser el Al Capone argentino convirtió, dicen, la ciudad de Rosario en el “Chicago” de Argentina. Fue deportado en 1933.
Carnera: Primo Carnera (1906-1967). Italiano, boxeador, campeón mundial de Box en la categoría de Peso Pesado en 1933. A los 18 años ya medía 2.05 m, y pesaba 125 kg.
Maquiavelo: (Nicolás) (1469-1527) político, escritor y filósofo italiano. Su obra más conocida es “El Príncipe” Se le atribuye el dicho: “El fin justifica los medios”
CAMBALACHE
(Tango)
Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé…
en el quinientos seis
¡y en el dos mil también!
Que siempre ha habido choros,
maquiavelos y estafa’os,
contentos y amarga’os,
valores y dublés…
Pero que el Siglo Veinte
es un despliegue
de maldad insolente
ya no hay quien lo niegue
vivimos revolca’os en un merengue
y en un mismo lodo
todos manosea’os…
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor…!
ignorante, sabio, chorro,
¡generoso o estafador!
¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazados, ni escalafón,
los inmorales nos han iguala’o,
si uno vive en la impostura
y otro afana en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos
cara dura o polizón…
¡Qué falta de respeto!
¡Qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezcla’o con Stravinsky va Don Bosco
Y “La Mignon”,
don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín…
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezcla’o la vida
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
contra un calefón.
¡Siglo veinte cambalache
problemático y febril!
el que no llora no mama,
y el que no afana es un gil.
¡Dale nomás! ¡Dale qué va!
¡Que allá en el horno
nos vamos a encontrar!
No pienses más,
sentate a un la’o
que nada importa
si naciste honra’o.
Que es lo mismo el que labura
noche y día, como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata que el que cura
o está fuera de la ley.
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